Un infierno por escuela

Jorge González Durand

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17 de mayo de 2009

Eduardo llegó ese día llorando de la escuela. Tenía el bolso al revés y sus útiles en la mano. Su madre, Ariadna Gutiérrez, le preguntó qué había pasado. Entre sollozos el pequeño de primer grado le contó que dos niños más grandes lo habían molestado en el transporte escolar durante el viaje de regreso. "No era la primera vez, había venido llorando otras veces pero no me había dicho nada. La diferencia fue que esa tarde, los agresores le habían pedido al pequeño mi número de celular y comenzaron a enviarme mensajitos de textos con insultos.

"Al día siguiente estaba en el colegio poniendo la queja. De verdad fueron muy receptivos. Llamaron a los otros padres. Los dos niños, uno de cuarto grado y otro de primero, se disculparon, e incluso me escribieron cartas ofreciéndome excusas".

El colegio fue diligente frente a la denuncia porque entiende la gravedad del acoso escolar, e incluso con frecuencia da charlas a los alumnos sobre esta forma de violencia, refiere la Sra. Gutiérrez.

"En el recreo las maestras hacen guardia, evitando que se comentan abusos en las instalaciones de la escuela, pero en el transporte no hay ningún guía y el chofer dice que él no se mete en peleas de muchachos", relata la madre.

Pero la cosa no queda allí, a pesar de los mea culpa de vez en cuando, Eduardo regresa del colegio llorando, con el bolso al revés. Los agresores continúan acosándolo. Le pidió a su mamá que lo cambiara de escuela, incluso, siendo un niño tan pequeño por su cuenta ha tomado el autobús del siguiente turno. Su madre para protegerlo lo pondrá en otro transporte. ¿Y los agresores? Seguramente buscarán nueva víctima.

¿Cuál es el límite? ¿Cuándo es sólo un juego de muchachos? ¿Cuándo comienza a ser un problema de violencia y acoso sistemático? ¿Qué efectos deja en los niños y niñas? ¿Hay más violencia ahora que antes?

Problema ¿reciente? Aimara Domínguez, psicóloga especialista en niños y adolescentes, docente de la Unidad Educativa Especial Bolivariana Andrés Rosendo Armas, considera que el acoso escolar no es un asunto nuevo. "Lo que pasa es que ahora hay una legislación mucho más clara en términos de identificar esa conducta como un delito. Además la gente está más educada sobre la violencia en las escuelas y las personas se quejan, denuncian, pero este problema siempre ha existido".

El acoso escolar -o bullying como se conoce en inglés- es un tipo de conducta agresiva que se da entre niños y adolescentes en donde se somete a la víctima a crueles situaciones de dolor y desesperación. Un niño es agredido, humillado y atacado psicológica o físicamente por uno o varios compañeros sistemáticamente.

Diversas investigaciones han comprobado que el abuso suele dejar profundas secuelas en los niños y niñas que la sufren, países como Chile, Argentina y España han hecho investigaciones al respecto, Venezuela no tiene un estudio nacional sobre el tema, sólo se encuentran informes particulares en unidades educativas, por ejemplo hay uno hecho en la Escuela Técnica de Cabimas (Zul) y otro realizado por Azael Contreras en Táchira, que omite el nombre de la institución.

El bullying es más común de lo que se piensa en las escuelas y liceos del país, pero sólo se habla del tema cuando algún niño o niña pierde la vida. El 27 de abril de 2009 una niña de 13 años acuchilló a una compañera de clases en una pelea en la salida de su liceo en Ciudad Bolívar; no era la primera vez que discutían, pero esta vez el desenlace fue diferente, la víctima murió.

Para Fernando Pereira, coordinador general de Cecodap, los adultos por lo general no ven lo que no quieren ver. "También nos hemos percatado que los profesores desconocen que esto es una forma de violencia. Algunos lo ven como cosas de muchachos, como juegos que siempre han existido. Sólo se dan cuenta cuando hay hechos graves o cuando alguien resulta herido".

Diagnóstico. La ley del hielo, el chalequeo, los apliques, los apodos, el chicle en el cabello, la salita, los taquitos, el chinche en el asiento, los juegos "túnel", "el puente" y "fusilado", son formas de violencia que diariamente se ven en las escuelas venezolanas, aunque los docentes y alumnos no la consideren como hostigamiento.

Una nueva modalidad es el cyberbullying donde se emplea el correo electrónico, los mensajes de textos y los blogs en Internet para acosar a un compañero de clase.

La serie Gossip Girl, transmitida por cable, legitima esta forma de violencia al colocar como narradora del programa a la persona que practica cyberbullying.

Pereira considera que más allá de las clasificaciones, "la recomendación es que la escuela pueda diagnosticar los tipos de violencia que están presentes en ella y no esperar que haya casos graves para tomar acciones. Cuando se presentan estos casos es porque ha habido una espiral de violencia con numerosos hechos cotidianos".

Los 19 años de experiencia de María Elena Aragol con niños en la escuela primaria, y quien actualmente es docente en la Unidad Educativa Agustín Zamora Quintana, ubicada en San Martín, confirman esta idea. "Una vez tuvimos un caso traumático. Un niño de 5to grado estaba viviendo una situación de acoso muy intensa por parte de compañeros de clase. Lo perseguían, le quitaban la merienda, lo seguían cuando iba a su casa, lo golpeaban, lo atropellaban, hasta que un día el niño que era víctima, en una explosión de ira, agarró un cuchillo y se lo clavó a uno de los acosadores en el estómago. Casi se muere".

Pereira es enfático al afirmar que si las agresiones diarias no tienen respuesta por parte de los padres, docentes o autoridades del colegio, entonces se va enquistando la violencia en esa comunidad educativa.

"Se construye una sensación de impunidad donde no hay consecuencias por los hechos violentos del agresor. Con la indiferencia lo que promovemos es que se fortalezcan, se hagan más frecuentes y de mayor intensidad los hechos violentos entre pares", concluye Pereira.

Triángulo. En los casos de hostigamiento escolar se repite un esquema que involucra a tres actores: el agresor, la víctima y los espectadores. Generalmente el niño violento ataca cuando sabe que otros lo van a observar. Así le ocurrió el 30 de marzo de 2009 a una estudiante de Caracas que recibió múltiples cortadas en su rostro dentro de su liceo y frente a sus compañeros de clase. Esta noticia fue ampliamente reseñada en la prensa nacional.

En este triángulo de bullying, los espectadores cumplen un papel decisivo durante la agresión: pueden detenerla y frenar la violencia o no hacer nada y ser cómplices. "Es un error pensar que el problema es solo entre el agresor y la víctima. De esa forma se está dando puerta franca a las asimetrías de poder entre un niño más grande y otro más pequeño".

"El rol del adulto es clave en la mediación e intervención en este tipo de situaciones para lograr restablecer un equilibrio que proteja a los débiles. Hay que establecer mecanismos que le permitan al niño poder denunciar cuando está siendo acosado.

Si el adulto renuncia a ese rol, deja a los muchachos que son potenciales víctimas, desprotegidos", manifiesta Pereira.

Abordaje. Geraldine Morillo, psicóloga y terapeuta de niños y adolescentes, en una presentación de Cecodap, propone soluciones en tres ámbitos: en la escuela, en el aula y a nivel individual.

Para la escuela es importante hacer un diagnóstico de la situación, reunirse y preguntarle a los estudiantes y supervisar los espacios durante el recreo donde pudiera haber abusos y maltrato. También se recomienda brindar herramientas a los profesores para que aprendan a manejar la resolución de conflictos.

En clase, hay que elaborar normas de aula en contra del maltrato, discutir el tema con frecuencia y leer cuentos que sensibilicen a los alumnos sobre la violencia.

En el ámbito individual, se puede conversar con el agresor, la víctima y sus padres. Si la situación es extrema, se recomienda cambiar al niño de sección o escuela.

Soluciones. También existen las Defensorías Estudiantiles que son espacios en las escuelas de conciliación y orientación, más que de penalización. Si el problema no se resuelve allí, Aimara Domínguez recomienda ir al Ministerio Público.

"Los Consejos de Protección hacen una primera intervención donde se manda el muchacho a un psicólogo. Si ese joven persiste en su actitud violenta, el mismo Consejo puede remitir el caso a Fiscalía, porque ahora los adolescentes desde los 12 años son sujetos de derecho, es decir, que tienen derechos pero también deberes".

Actualmente Alba Castillo recorre este camino. Tiene un hijo que es víctima de acoso escolar desde hace tres años por parte de unos compañeros de clase. "Puse la queja en la escuela, me reuní con la madre de uno de los niños agresores, pero no mejoró.

Coloqué la denuncia ante la Defensoría del Niño en el Liceo Andrés Bello y tampoco hubo solución. Ahora estoy tramitándola ante el Consejo de Protección del Niño y el Adolescente. En la Fiscalía me dijeron que si no había una respuesta positiva fuese con ellos. Espero que se solucione el problema y acabe el acoso", manifiesta Castillo.

Respuestas. Según Aragol lo fundamental es la formación de valores. "Cuando se empieza a trabajar desde la escuela y el hogar los valores de la paz, la tolerancia, el respeto y la convivencia, se están construyendo soluciones. Así se previene este tipo de hechos".

La Editorial de la Cadena Capriles cuenta con una serie de libros dedicada a promover valores en las escuelas y puede ayudar a docentes que deseen abordar este tema con sus estudiantes.

También por Internet está disponible el programa Iesocio, desarrollado por la Universidad complutense que ayuda a detectar casos de niños y niñas víctimas de abuso en la escuela. El programa es de libre acceso.

El Ministerio Público y la Defensoría del Pueblo también están dictando talleres sobre violencia entre pares a instituciones educativas de todo el país.

Si su hija o hijo es el agresor
Trate de descubrir por qué su hijo o hija es un acosador. Aunque es difícil para muchos padres reconocer que su hijo es un agresor, es importante atacar el problema a tiempo.

Diríjase a la escuela y converse con sus profesores.

Nunca use la violencia para intentar castigar un problema de acoso.

Enseñe con el ejemplo. Cuando está con sus vecinos, en el trabajo, con sus amigos o manejando, usted le está enseñando a su hijo o hija cómo tratar a los demás.

Canalice la actitud agresiva de su hijo o hija a través de algún deporte de competición.

No culpe a los demás de la conducta de su hijo o hija.

Converse con él e intente construir espacios de comunicación.

No ignore el problema.

Explíquele que en la familia no está permitido este tipo de conducta agresiva.

Hágale saber las consecuencias, si este comportamiento se mantiene en el tiempo.

Enséñele a expresar su inconformidad e insatisfacción de manera pacífica. Si no sabe cómo hacerlo, pida ayuda profesional. Hay psicólogos especializados en niños, niñas y adolescentes.

Demuéstrele que lo sigue amando, pero que no está de acuerdo con su conducta.

Aliéntelo a que reconozca su error y que se disculpe con las víctimas.

Felicítelo cuando actúe de forma respetuosa con los demás.

Si su hija o hijo es la víctima
Conserve la calma. No grite ni se moleste frente a su hijo o hija, porque si no, la próxima vez él preferirá no contarle.

Sea positivo y exprésele que van a encontrar una solución a este problema.

Converse con su hijo o hija. Escúchelo, no lo interrumpa. Deje que desahogue su dolor.

No lo haga sentir culpable, él o ella no es responsable de esa situación. No importa la causa por la cual está siendo agredido, por ser gordo, delgado, alto, bajito, amanerado, negro, pobre, estudioso, tartamudo... nada justifica que sea humillado.

Conozca los detalles de lo que está ocurriendo. ¿Quién o quienes lo acosan? ¿Qué le dicen y le hacen? ¿Dónde suelen agredirlo? ¿Hay adultos presentes? ¿Qué hacen?

Hable con su maestro, con las autoridades del colegio y con el profesor guía. Alértelos de lo que ocurre y pídales cooperación.

No le exija a su hijo que se vengue o resuelva el problema a través de la violencia.

Discuta con su hijo respuestas asertivas frente a los acosadores y practíquelas con él.

Aunque el mejor apoyo lo brinda una familia comprensiva y amorosa, si observa a su hijo muy ansioso o preocupado llévelo a un psicólogo para que le ayude a superar ese trauma.

Si el acoso persiste, vaya al Consejo de Protección del Niño, Niña y Adolescente de su estado. También puede contactar a un abogado.

Las autoridades del colegio son corresponsables si esta situación continúa. Los consejos estadales de protección al niño pueden brindarle apoyo para solucionar este problema.

Fuente: www.acosomoral.org

CIFRAS
86% de los maestros
de las agresiones no son denunciadas por temor a represalias según reportaron los docentes en un estudio realizado por Azael Contreras (2007) en Táchira.

Más de 50%
de acoso escolar: las agresiones, el bloqueo social, la manipulación, el hostigamiento, la coacción, la intimidación, la exclusión social y las amenazas.

Existen 8 tipos
es la edad promedio de los niños y niñas que suelen ser víctimas de acoso en las escuelas por parte de otros compañeros de clases.

Entre 11 y 13 años
de los profesores ha sido testigo de actos violentos que involucran objetos contundentes, plantea el mismo estudio de Avellano en el Zulia.

Al menos 42%
ha presenciado con frecuencia hechos de acoso escolar de acuerdo a un estudio de Norkys Avellano (2006) en una institución educativa del Zulia.

62% de los docentes
no ha recibido información por entes u organismos educativos sobre violencia entre pares, según el estudio de Azael Contreras.

RECUADRO / Semana del buen trato
Del lunes 18 al domingo 24 de mayo se estará celebrando en varios estados del país la "Semana por el derecho al buen trato" que tiene el objetivo de promover el respeto y la convivencia en las comunidades educativas.

Fernando Pereira, coordinador de Cecodap, comentó que diferentes organizaciones en todo el país están promoviendo una semana por el derecho al buen trato. "Estamos haciendo actividades en las propias escuelas y liceos con los estudiantes y docentes para visibilizar este tipo de violencia".

En Caracas, el miércoles 20 de mayo, Cecodap estará dictando un taller para docentes y directivos de centros educativos sobre cómo promover el buen trato en las comunidades educativas. "En la actividad les daremos herramientas a los asistentes que les permitan tomar conciencia de la violencia en las escuelas para después elaborar un plan de acción y resolver estos problemas".

La actividad será de 8:30 a 11:30 am y es gratuita. Las personas deben inscribirse por los teléfonos (0212) 9514079 / 9526269 / 9527279.

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